Este trámite es perfecto para parejas que no tienen hijos y están de acuerdo en terminar su vínculo matrimonial rápidamente y liquidar su sociedad conyugal de forma amigable.

A este trámite se pueden acoger las parejas que están de acuerdo en divorciarse y en liquidar su sociedad conyugal, pero además tienen hijos y están de acuerdo sobre la custodia y la cuota alimentaria para estos.

Cuando una pareja no está de acuerdo en la forma en que terminará su relación y se distribuirán sus bienes, deben acudir a un juez para que sea este quien tome las decisiones al respecto conforme a la ley.

Cuando una pareja ha convivido por el tiempo exigido por la ley, al lugar al reconocimiento de efectos jurídicos por la conformación de la unión marital de hecho y la sociedad patrimonial. Es un trámite que puede adelantarse de común acuerdo o por vía judicial.

Existen momentos en los que una pareja casada puede considerar conveniente separarse patrimonialmente con el fin de que cada cónyuge pueda tomar sus propias decisiones sin afectar al otro. En ese caso, la sociedad conyugal puede liquidarse sin terminar el vínculo matrimonial.

Cada pareja, antes de casarse, puede decidir la forma en que se manejaran sus cuestiones patrimoniales, definiendo por escrito cuáles bienes harán parte de la sociedad conyugal y cuáles no, a través de un trámite notarial para la firma de capitulaciones.

La mejor y más rápida alternativa para llevar a término los asuntos patrimoniales que surgen luego del fallecimiento de una persona, es llegar a un acuerdo que permita a los interesados distribuir los bienes de forma rápida y amigable, de forma que todos queden satisfechos y puedan continuar sus relaciones familiares en un ambiente de paz y concordia.

Hay momentos en los que llegar a un acuerdo es difícil, pues nada impide que puedan surgir algunas diferencias irreconciliables entre los interesados en una sucesión. En casos así  es necesaria la intervención de un abogado que preste su asesoría para presentar el caso ante un juez, y así resolver la situación conforme a los lineamientos legales.

Cuando una persona quiere variar la forma en que su patrimonio de distribuiría después de su muerte, debe acudir al instrumento legal del testamento. La asesoría de un abogado permitirá que el testamento se ajuste a la ley pero también que las instrucciones del testador efectivamente se cumplan a cabalidad luego de su fallecimiento.